Tenía catorce años y me encontraba en una escuela de
futbol e íbamos para un paseo, llegamos al parque y en ese momento el
entrenador nos dijo ¡van a jugar un partido y el primer equipo que haga tres
goles gana! Empezamos escogiendo los jugadores de cada equipo y comenzamos a
jugar, mi equipo hizo el primer gol y al rato yo hice los dos goles que
faltaban para ganar, nos fuimos a descansar un rato, después de haber descansado
nos quitamos la ropa y nos metimos a la piscina, yo no sabía nadar, entonces
estaba caminando por la piscina ya que yo era lo bastante alto para no
ahogarme, mientras caminaba mire que a mi lado estaba una chica de más o menos
dieciocho años, la cual estaba muy bonita y lo que más despertó interés en mi
fue que ella era mayor que yo, sin miedo alguno me le acerque, tanto así que mi
pene quedo rosando su trasero, además de eso con mi mano también estaba tocando
su cola, ella no decía nada, solo sentía mi pene el cual estaba duro como un
roble, me quede detrás de ella como quince minutos, luego me fui muy excitado a
seguir caminado por la piscina, cuando volví a pasar por el lado de ella, con
su pie me toco el pene, ella se estaba riendo y yo la mire y también me reí, después
de esto me salí de la piscina y fui al baño a masturbarme.
Después de haber pasado una hora volví a la piscina con
una idea que me había armado en mi dañada cabeza, decidí empezar a pasearme por
el lado de niñas entre los nueve y doce años de las cuales estaba llena la
piscina, pase por el lado de una niña de unos ocho años, toque su vagina y no
dijo nada, parecía no haber sentido la diferencia entre el agua y mi mano, después
pase por el lado de una niña de once años, también toque su vagina, ella solo
me miro y sonrió, su papá estaba al lado y ni siquiera se dio cuenta, como la
niña sonrió, me imagine que le había gustado, entonces volví a pasar cerca de
ella, pero ella al verme también se acercaba a mí para que la tocara, esta vez
la toque un poco más fuerte y volvió a sonreír, después decidí tocar el trasero
de una niña de diez años y así me pase el día, fue una de las mejores aventuras
que tuve de chico, toque a todas las niñas de la piscina y ninguna decía nada,
algunas sonreían y otras no decían ni hacían nada.
Ya después de haber tocado tantas niñas, decidí meterme
al vestier de mujeres y subirme por la pared para ver dentro, vi varias niñas
desnudas, solo que esta vez sí se quejaron y le dijeron a mi entrenador, el
solo me llamo la atención y después se estaba riendo, ese día fue tan
maravilloso que ya casi voy a cumplir treinta años y aún me masturbo pensando
en ese gran día.
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