miércoles, 27 de diciembre de 2017

Asomándome en los baños



Tenía nueve años y me encontraba muy feliz porque iría a un paseo del colegio, me levante muy emocionado esa mañana, me bañe, me vestí y mi mamá me llevo al colegio, ingrese a mi salón de clases, la profesora nos daba indicaciones sobre como portarnos durante el paseo, salimos del salón, nos montamos al bus y nos demoramos media hora para llegar a las piscinas que quedaban a las afueras de la ciudad, llegamos a las piscinas, yo me quite la ropa y me metí a la piscina de niños, todo marchaba normal, llego el medio día, almorcé, me repose media hora y volví a entrar a la piscina, cuando en un momento me da por entrar a unos baños que quedaban en frente de las piscinas, los baños eran en madera, cuando entre vi que en una de las paredes había un hueco lo suficientemente grande para poder ver lo que pasaba en el baño de enseguida, yo ni corto, ni perezoso me asome por aquel orificio el cual me llevo al paraíso, me pase casi una hora metido en el baño viendo todo tipo de niñas que ingresaban al baño de enseguida, ese día lo disfrute como nunca y aun parece que hubiera sido ayer, observe tantas vaginas, de todos tamaños y colores, me masturbe de una manera tan deliciosa que aún no lo olvido y cada vez que me acuerdo me excito, pues solo dejo que mi imaginación vuele, así fue como aumentaron mis ganas de ver y tocar chicas.

Pasaron los días y llego diciembre, nos fuimos a visitar a mis tías, todo estaba normal, hable con mis primos, jugamos, llego la hora del almuerzo, termine de almorzar, espere media hora y me fui a jugar con mi primo, de un momento a otro veo que mi prima ingresa al baño, se empieza a bañar, yo me quede pensando en que mi prima estaba muy linda y además era mayor que yo, entonces se me ocurrió la grandiosa idea de asomarme en su baño, para lo cual me dispuse a mirar por cual lado me quedaba más fácil observar su desnudez, así que mire que detrás del baño en la parte de arriba había un orificio más o menos grande por el cual cabía mi cabeza, para alcanzar la altura necesaria me subí en un lavadero que se encontraba detrás del baño, puse un balde y encima del balde dos ladrillos para alcanzar la altura necesaria, metí mi cabeza y logre mi cometido, la vi como dios la trajo al mundo, todavía me acuerdo de todo lo que vi y no se me olvida, todo lo tenía grande, en el momento en que me asomo ella mete un grito espantoso y dice ¡tía vea que David se me asomo en el baño! ¡es un enfermo! Cuando ella grito, vinieron todos mis tíos y tías para ver qué había pasado, yo me escondí en un cuarto de la casa y como era de esperarse, todos se enojaron conmigo, menos mis primos y mis dos hermanos que se reían y preguntaban que había visto.


En ese momento me di cuenta que me gustaba ver chicas desnudas y que no podía controlar mis impulsos.

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