domingo, 31 de diciembre de 2017

Manoseando en el colegio



Es muy común que en los colegios se armen montoneras, pues eso era lo que yo aprovechaba cada que tenía oportunidad, siempre a la entrada del colegio se armaba montonera para ingresar, entonces yo empezaba a manejar mis manos inquietas y tocaba todos los traseros que podía, a la salida era lo mismo, se formaba la montonera y yo volvía a participar, tocaba tantos traseros que ya ni me acuerdo las caras de las chicas, todo pasaba tan rápido que ni siquiera sabía cuál era la reacción de ellas, también era muy oportuna para mí la montonera que se armaba cada vez que íbamos a ingresar a la sala de sistemas, como habían poquitos computadores, todo mundo quería llegar primero para coger puesto, a mí no me interesaba tanto si cogía puesto o no, yo siempre me hacía al lado donde habían muchas mujeres, mi mano derecha la dirigía hacia adelante para tocar traseros y hacia atrás para agarra vaginas, era un truco que funcionaba a la perfección, con esa técnica llegue a tocar la mayoría de chicas de mi salón de clases, una de las mejores técnicas que llegue a utilizar y que nunca fallo fue la de esperar a que llegara la semana de feria estudiantil, me gustaba mucho ver las exposiciones que se realizan ya que se amontona mucha gente y sobre todo chicas, yo me ubicaba delante de alguna mujer, me empezaba a correr un poco para atrás, ponía las manos atrás de mi espalda y las ubicaba de tal manera que quedaran a la altura de la vagina de la chica y empezaba a tocar sin ningún temor, esa técnica funcionaba tan bien que ninguna de las chicas se quejaba, no se molestaban, ni mostraban resistencia alguna a los tocamientos que yo realizaba, otra de las técnicas que utilizaba en medio de la feria estudiantil es la de acercarme a la tarima y ubicarme en una parte donde hayan muchas mujeres, como acto seguido me hacia donde hubieran dos chicas juntas, me paraba detrás de una de ellas y la rosaba con mi pene, como la otra estaba al lado de la chica que yo rosaba, entonces alargaba mi mano y a la otra le tocaba el trasero, ninguna de las dos chicas se ofuscaba, ni se quitaba, ni hacía nada para evitar tal acontecimiento, pareciera que lo disfrutaban, esta técnica la utilice muchas veces y nunca me fallo, es una técnica muy buena y la utilice cuantas veces pude, aun hoy día ya con muchos años de edad la utilizo y no tiene fallo, de la única manera en que una técnica de estas te pueda fallar es que toques la chica y ella se quite y tú la sigas buscando, eso es fatal, si la chica se quita quiere decir que se siente mal y no lo está disfrutando, si le sigues insistiendo te meterás en problemas ya que empezara a hacer ruido y el único perjudicado serás tú.


Aquí termina esta pequeña historia, espero que la disfruten y los que puedan lleven a cabo cada una de estas técnicas milenarias que casi nunca fallan.

sábado, 30 de diciembre de 2017

Tocando a mujer en evento



Era un mes de diciembre, cuando estaban celebrando el cumpleaños de mi barrio, habían puesto una tarima y había mucha gente, yo me ubique en la parte de adelante, al lado mío había una señora más o menos de treinta años, estaba vestida con una falda larga hasta los tobillos, yo tenía quince años, pero la señora me llamo la atención, me acerque lo más que pude a ella, se me empezó a parar el pene y le puse mi mano sobre su pierna la cual era bastante grande ya que la señora era un poco gordita, ella no dijo nada, por el contrario subió su pierna sobre una de las barandas de la tarima como quien dice para que yo la pudiera tocar mejor, yo seguí tocando su pierna de abajo hacia arriba, llegue a su vagina y se la apreté, ella me miro y sonrió, yo entendí que le había gustado y la seguí tocando y ella no decía nada, yo cada segundo estaba más excitado, ella se fue del sitio y yo aún seguida un poco emocionado, me quede un rato pensando en lo que había pasado y de un momento a otro se acabó el evento, todos estábamos saliendo del lugar y como la puerta era un poco pequeña se amontono mucha gente en la entrada, yo al observar que delante de mi había una señora con un trasero inmenso y además yo seguía un poco caliente, se me ocurrió coger el trasero de la señora y apretarlo duro, ella no dijo nada y yo seguí haciendo más o menos como por un minuto, se acabó la montonera de gente y me fui para mi casa, ese día casi que no duermo pensando en todo lo que paso en un momentico, así concluye una historia más, espero que sea de su agrado.

viernes, 29 de diciembre de 2017

Mujer me frota su vagina



Salí de mi casa al medio día ya que me dirigía a una estación de policía con el fin de presentar una prueba psicológica para entrar a prestar servicio como auxiliar bachiller, llegue a la carretera, cogí un bus que se llamaba verde bretaña, me subí en la ruta seis, el viaje era muy ameno, me demore veinte minutos en llegar a la estación de policía, ingresamos todos los aspirantes a auxiliar de policía a un salón, nos pasaron unas hojas, nos explicaron en qué consistía el examen y cada uno empezó a realizar su examen con total concentración, me demore media hora realizando dicho examen, nos dijeron que el que terminaba podía irse, como yo termine, salí del salón, camine para afuera de la estación de policía y me ubique al frente a esperar el bus, nuevamente esperaba el mismo verde bretaña ruta seis, veo que viene el bus, le hago la parada, me subo y veo que venían algunas sillas vacías, me acomodo dos asientos antes del último puesto, en el camino el bus se empieza a llenar, ya estando lleno a mi lado se para una chica de unos veinticinco años, delgada, cabello largo, ojos cafés, por cierto muy linda, se me empieza a acercar y se acercó tanto que su vagina quedaba contra mi hombro, ella estaba tan cerca de mí que podía sentir toda su raja sobándose en mi hombro, en ese mismo instante se me subió la excitación a mil, lo mejor de todo era que ella se sobaba duro y yo podía sentir toda su vagina muy caliente, ese acto tan excitante duro como veinte minutos hasta que ella se bajó y se acabó todo, fue una situación muy estimulante para mí ya que era la primera vez que una chica me hacia ese tipo de cosas, aun todavía recuerdo ese día como uno de los más épicos de mi vida.


Pasaron unos ocho días y me tocaba nuevamente volver a la misma estación de policía solo que esta vez era en las horas de la mañana, volví a hacer el mismo proceso, salí a la carretera, espere el mismo bus, el verde bretaña seis, como era hora pico, digamos las seis y treinta de la mañana, el bus venia un poco lleno, tanto así que me toco hacerme un poquito cerca de la puerta, avance otro poquito y quede detrás de una señora, mi pene se puso erecto, la señora me miro y sonrió, cuando miro su cara resulta ser que era una vecina del barrio, el bus se fue quedando vacío y ella se quitó, así culmino mi viaje y no pasó nada más, el recuerdo que me quedo, es que varias veces he visto a la vecina en la calle y me mira a la cara, se acuerda de lo que paso ese día y se ríe, ya pasaron varios años desde que ocurrió esta situación y pareciera que a ella le gustó tanto que hasta el día de hoy no lo olvida.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Tocando niñas en piscina



Tenía catorce años y me encontraba en una escuela de futbol e íbamos para un paseo, llegamos al parque y en ese momento el entrenador nos dijo ¡van a jugar un partido y el primer equipo que haga tres goles gana! Empezamos escogiendo los jugadores de cada equipo y comenzamos a jugar, mi equipo hizo el primer gol y al rato yo hice los dos goles que faltaban para ganar, nos fuimos a descansar un rato, después de haber descansado nos quitamos la ropa y nos metimos a la piscina, yo no sabía nadar, entonces estaba caminando por la piscina ya que yo era lo bastante alto para no ahogarme, mientras caminaba mire que a mi lado estaba una chica de más o menos dieciocho años, la cual estaba muy bonita y lo que más despertó interés en mi fue que ella era mayor que yo, sin miedo alguno me le acerque, tanto así que mi pene quedo rosando su trasero, además de eso con mi mano también estaba tocando su cola, ella no decía nada, solo sentía mi pene el cual estaba duro como un roble, me quede detrás de ella como quince minutos, luego me fui muy excitado a seguir caminado por la piscina, cuando volví a pasar por el lado de ella, con su pie me toco el pene, ella se estaba riendo y yo la mire y también me reí, después de esto me salí de la piscina y fui al baño a masturbarme.

Después de haber pasado una hora volví a la piscina con una idea que me había armado en mi dañada cabeza, decidí empezar a pasearme por el lado de niñas entre los nueve y doce años de las cuales estaba llena la piscina, pase por el lado de una niña de unos ocho años, toque su vagina y no dijo nada, parecía no haber sentido la diferencia entre el agua y mi mano, después pase por el lado de una niña de once años, también toque su vagina, ella solo me miro y sonrió, su papá estaba al lado y ni siquiera se dio cuenta, como la niña sonrió, me imagine que le había gustado, entonces volví a pasar cerca de ella, pero ella al verme también se acercaba a mí para que la tocara, esta vez la toque un poco más fuerte y volvió a sonreír, después decidí tocar el trasero de una niña de diez años y así me pase el día, fue una de las mejores aventuras que tuve de chico, toque a todas las niñas de la piscina y ninguna decía nada, algunas sonreían y otras no decían ni hacían nada.


Ya después de haber tocado tantas niñas, decidí meterme al vestier de mujeres y subirme por la pared para ver dentro, vi varias niñas desnudas, solo que esta vez sí se quejaron y le dijeron a mi entrenador, el solo me llamo la atención y después se estaba riendo, ese día fue tan maravilloso que ya casi voy a cumplir treinta años y aún me masturbo pensando en ese gran día.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Asomándome en los baños



Tenía nueve años y me encontraba muy feliz porque iría a un paseo del colegio, me levante muy emocionado esa mañana, me bañe, me vestí y mi mamá me llevo al colegio, ingrese a mi salón de clases, la profesora nos daba indicaciones sobre como portarnos durante el paseo, salimos del salón, nos montamos al bus y nos demoramos media hora para llegar a las piscinas que quedaban a las afueras de la ciudad, llegamos a las piscinas, yo me quite la ropa y me metí a la piscina de niños, todo marchaba normal, llego el medio día, almorcé, me repose media hora y volví a entrar a la piscina, cuando en un momento me da por entrar a unos baños que quedaban en frente de las piscinas, los baños eran en madera, cuando entre vi que en una de las paredes había un hueco lo suficientemente grande para poder ver lo que pasaba en el baño de enseguida, yo ni corto, ni perezoso me asome por aquel orificio el cual me llevo al paraíso, me pase casi una hora metido en el baño viendo todo tipo de niñas que ingresaban al baño de enseguida, ese día lo disfrute como nunca y aun parece que hubiera sido ayer, observe tantas vaginas, de todos tamaños y colores, me masturbe de una manera tan deliciosa que aún no lo olvido y cada vez que me acuerdo me excito, pues solo dejo que mi imaginación vuele, así fue como aumentaron mis ganas de ver y tocar chicas.

Pasaron los días y llego diciembre, nos fuimos a visitar a mis tías, todo estaba normal, hable con mis primos, jugamos, llego la hora del almuerzo, termine de almorzar, espere media hora y me fui a jugar con mi primo, de un momento a otro veo que mi prima ingresa al baño, se empieza a bañar, yo me quede pensando en que mi prima estaba muy linda y además era mayor que yo, entonces se me ocurrió la grandiosa idea de asomarme en su baño, para lo cual me dispuse a mirar por cual lado me quedaba más fácil observar su desnudez, así que mire que detrás del baño en la parte de arriba había un orificio más o menos grande por el cual cabía mi cabeza, para alcanzar la altura necesaria me subí en un lavadero que se encontraba detrás del baño, puse un balde y encima del balde dos ladrillos para alcanzar la altura necesaria, metí mi cabeza y logre mi cometido, la vi como dios la trajo al mundo, todavía me acuerdo de todo lo que vi y no se me olvida, todo lo tenía grande, en el momento en que me asomo ella mete un grito espantoso y dice ¡tía vea que David se me asomo en el baño! ¡es un enfermo! Cuando ella grito, vinieron todos mis tíos y tías para ver qué había pasado, yo me escondí en un cuarto de la casa y como era de esperarse, todos se enojaron conmigo, menos mis primos y mis dos hermanos que se reían y preguntaban que había visto.


En ese momento me di cuenta que me gustaba ver chicas desnudas y que no podía controlar mis impulsos.

martes, 26 de diciembre de 2017

Acercamiento con mi prima


Contaba con la edad de cinco años, cuando en un día normal mi papá salió para el trabajo muy temprano, pues eran las 6:00 am, paso una hora y mi mamá dijo ¡vámonos!  Cogió a mi hermano y nos fuimos los tres a casa de mi prima Natalia, entramos, saludamos y mi mamá se quedó hablando con mi tía, mientras yo me quede hablando con mis dos primos, es decir Natalia y su hermano Orlando, todo marchaba normal hasta que se empezaron a ir de la casa uno por uno, el marido de mi tía se fue a trabajar, mi mamá y mi tía se fueron con mi hermano y solo quede yo con mis dos primos Orlando y Natalia, en un momento mi primo se mete debajo de la cama, me dice a mi ¡métase aquí debajo! Yo le hice caso, me metí debajo de la cama, en ese momento mi prima también se mete debajo de la cama, mi primo Orlando le ordena a mi prima Natalia que se suba encima de mí, ella lo hace, queda encima de mí y yo me quede muy feliz porque en ese instante empecé a sentir que mi corazón palpitaba acelerado al igual que cuando tocaba la vagina de mi vecina, sentí nuevamente una erección fuerte y duradera a mi corta edad ya había tenido muchas de estas, ya sea cuando veía los calzones de mis compañeras de colegio o como lo dije anteriormente cuando tocaba a mi vecinita.

Mi prima se encontraba encima de mí, el primo Orlando le dice a mi prima que me dé un beso en la boca, ella me lo dio y yo pues muy feliz estaba gozando, después de ese primer beso nos sentimos en confianza y nos dábamos besos sin parar, fueron tantas veces que ya ni me acuerdo cuantas, ese día además de haber besado a mi prima también la toque y creo que desde ese día, cada vez que me pasaban cosas excitantes me volvía más y más corrompido, aun nos seguíamos besando y resulta que de tanta emoción en el momento no nos dimos cuenta que había llegado una prima llamada Katherine que tenía más o menos dieciocho años, se asomó debajo de la cama y nos vio besándonos apasionadamente, se enojó y dijo ¡ahora le digo a mi mamá! Se nos acabó la emoción y ahora nos encontrábamos preocupados pensando en que iba a pasar cuando le dijeran a mi tía que andábamos haciendo cosas de grandes.

Pasaron dos horas y llego mi tía, mi prima no la dejo ni entrar sino que de una sola vez le dijo, ¡mami vea que Natalia y David se estaban besando y haciendo yo no sé qué más debajo de la cama! Mi tía cogió una correa y se fue a buscar a mi prima la cual se encontraba escondida debajo de la cama, metió la correa como pudo y le pego a mis dos primos, a mí también me iban a pegar, solo que yo dije que mi primo me había obligado a hacerlo, así termino todo por ese día, pero todo no paraba allí.

Pasados unos meses, mi mamá volvió a la casa de mis primos, se volvió a ir con mi tía y volvió y me dejo solo con mis primos Orlando, Natalia y otra prima llamada Kelly, esta vez nos encerramos los cuatro en una pieza, mi primo se le subió encima a Kelly y yo me subí encima de Natalia, nos besamos y nos tocamos como una hora, la cual fue muy emocionante para mí y me marco tanto ese día que influyo mucho para que yo fuera como soy el día de hoy, ese día ni mi tía, ni mi mamá se dieron cuenta de lo que paso entre mi prima y yo.


Me fui para mi casa feliz y dado a estos sucesos cada día desde mis cuatro años me volvía mas pervertido y no lo podía frenar.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Como empezó todo



Era el año 1993 cuando apenas contaba con cuatro años, me encontraba estudiando en el kínder, era muy inteligente y no me gustaba cantar rondas infantiles, ni jugar a la rueda con los otros niños porque me parecía algo muy estúpido, realizaba otras actividades más importantes para mí, las cuales no eran del todo sanas, pues me encantaba mirar a mis compañeros jugar a la montonera, la finalidad de todo era poder ver como se tiraban al piso las niñas y poder ver sus calzones, eso me emocionaba mucho, se aceleraba mi corazón y sentía buenas erecciones en mi pene, ese se convirtió en mi pasatiempo favorito, le cogí tanto gusto que siempre disfrutaba hacerlo, el primer día que lo hice descubrí que me gustaba demasiado y siempre que pudiera no desperdiciaría ninguna oportunidad de poder ver todo lo que me gustaba, me fui a mi casa y no deje de pensar en eso todo el día.

Después de pasar varios días disfrutando de mi pasatiempo me puse a pensar que a mi casa entraba una amiguita llamada Elisa, tenía la misma edad que yo, ella entraba a ver televisión conmigo, se sentaba a mi lado, yo a mi corta edad ya tenía la mente dañada, me di cuenta que como niño no era tan inocente como dicen que son los niños, la mire y tenía una faldita muy corta, le dije que si por favor me podía mostrar sus calzones, ella inocentemente se levantó la faldita, yo mire su ropa interior, en ese momento tenía una erección que casi reventaba mis calzoncillos, no desaproveché la oportunidad, agarre su vagina y la empecé a tocar, la sensación fue tan placentera que hasta el día de hoy ya casi llegando a mis treinta años lo recuerdo como si fuera ayer, me sentía tan bien, que pensé nunca desperdiciar ninguna oportunidad, así que cada vez que la amiguita entraba a mi casa yo la tocaba, mis padres nunca se dieron cuenta por lo cual pude seguir varios meses haciendo lo mismo, hasta que se llegó el día en que mi amiguita no volvió, como vivía enseguida decidí ir a su casa a ver si todo andaba bien, entonces me di cuenta que todo no andaba bien y ella había contado en su casa lo que yo le hacía ya que su hermano que en ese tiempo contaba con veinticinco años me miraba extraño y cuando mi amiguita le dijo que si la dejaba ir a mi casa, la miro feo y exclamo ¡Eso si le gusta no, éntrese mejor! En ese momento me fui para mi casa y me quede un poco apenado de que se habían dado cuenta de lo que yo hacía.

En otra ocasión me encontraba muy enfermo, fui con mi mamá y la hermana de mi amiguita Elisa que se llamaba Ingrid a la farmacia, mi mamá me compro un remedio, se encontró a una amiga y se puso a hablar con ella y le dijo a Ingrid que se adelantara conmigo para la casa, bueno nos fuimos caminando a paso lento, y yo mientras caminaba, pensaba en lo bonita que era Ingrid y lo que más me llamaba la atención era que tenía más años que yo, entonces en el camino pensé que cuando llegara a la casa tocaría su vagina, así lo venía pensando y así tenía que hacerlo, llegamos a la casa, abrimos la puerta y yo me pare en frente de ella, cogí medio palo de escoba que estaba cerca de mí y se lo puse en la vagina, ella me miro asombrada y dijo ¡Deje la grosería que ya viene su mamá y nos va a ver! Yo me quede en silencio y no dije nada, así nos quedamos hasta que llego mi mamá, Ingrid se fue y no pasó nada más.


De esta manera fue como me convertí en manoseador, nunca mis papás se dieron cuenta y desde niño me gusto ver los calzones de las niñas y tocar sus partes íntimas. Más adelante seguiré contando más historias sobre mi evolución y más situaciones que pase realizando mi pasatiempo.